A lo largo del ciclo menstrual se dan una serie de cambios y fluctuaciones hormonales que tienen un gran impacto en nuestro sistema reproductor y en nuestra salud en general.
Las condiciones tanto internas como externas pueden condicionarnos a elegir unos alimentos u otros dependiendo de la fase del ciclo en la que nos encontremos.
Una deficiencia energética o de nutrientes puede ocasionar un impacto verdaderamente significativo en el funcionamiento de nuestro organismo, pudiendo llegar a suspenderse la ovulación y con ello la menstruación.
El proceso de estas dos fases requiere un gran gasto de energía. Si el cuerpo no dispone de ella activa su modo supervivencia y la destina al funcionamiento de otros órganos vitales.
Además, el colesterol es el percusor de las hormonas sexuales, por lo que si no hay un consumo adecuado de grasas saludables estas no se producirán o no funcionarán de manera adecuada.
Ten en cuenta que el alcohol causa alteraciones como inflamación, dolor menstrual y sangrado abundante, entre otras, por lo que es recomendable que reduzcas o elimines su consumo sobre todo durante tu fase lútea.
Los alimentos procesados con alto contenido en azúcares añadidos y grasas hidrogenadas resultan proinflamatorios y disminuyen y empeoran la resistencia a la insulina.
Para mantener el equilibrio y alcanzar un bienestar de calidad es aconsejable que potencies diariamente el consumo de alimentos naturales y ecológicos.
Te recomiendo que los cereales y pastas que consumas sean integrales e incluso, que escojas las versiones sin gluten. Si eliminas esta proteína de tu dieta de forma permanente te aseguro que los cambios, si eres constante, son increíblemente sorprendes.
Añade algas a tus platos, estas contienen numerosos minerales esenciales que te serán de gran ayuda.
La menstruación en sí se trata de una inflamación fisiológica, por lo que los alimentos inflamatorios como procesados, refinados, fritos y rebozados pueden aumentar e incluso empeorar dicha sintomatología, así como alterar la correcta regularidad del ciclo.
En esta fase disminuye considerablemente el nivel de hierro debido a la pérdida de sangre y agua.
La hidratación constante siempre es importante, pero durante la menstruación lo será el doble.
Además es un momento en el que nuestro cuerpo tiende a retener más líquido.
Consejos para esta fase:
Decántate por:
En esta fase tenemos mayor sensibilidad a la insulina por lo que es aconsejable el consumo de carbohidratos para una mayor captación de energía y por lo tanto reducir la ingesta de grasas saludables que serán metabolizadas con mayor dificultad.
Minerales como el zinc y los antioxidantes cobran muchísima importancia durante esta fase del proceso cíclico.
Los estrógenos, antes de ser eliminados deben ser inactivados, si esto no ocurre pueden causar complicaciones en el ciclo. El consumo habitual de vegetales crucíferos (brócoli, coliflor, coles de Bruselas) ayudará a la inactivación de los mismos.
Alimentos ideales para esta fase:
Durante esta fase continúa la sensibilidad a la insulina. Mantener una dieta en la que predominen los carbohidratos como fuente de energía y reducir al máximo en consumo de grasas saludables será la herramienta perfecta en este momento.
Alimentos ideales para esta fase:
Durante esta fase hay una leve resistencia a la insulina por lo que será adecuado optar por las grasas saludables como fuente de energía y descartar los carbohidratos (a diferencia de las fases anteriores).
Los niveles hormonales de este periodo pueden aumentar el apetito e incluso que exista tendencia a escoger alimentos más calóricos y de peor calidad nutricional.
También hay un descenso de la serotonina (hormona de la felicidad) y suele asociarse a mayor necesidad de dulces, platos precocinados o comida “basura”.
Todo ello puede provocar lentitud en nuestros procesos digestivos y estreñimiento por lo que es necesario aumentar el consumo de alimentos con alto contenido en fibra.
Por otro lado, suele haber dificultad a la hora de conciliar el sueño. Para ello, es interesante aumentar el aporte de magnesio, que actúa a nivel del Sistema Nervioso Central (en muchos casos es necesario suplementarlo).
Aumentar el consumo de alimentos ricos en triptófano, zinc y otros minerales nos ayudará a tener algo más de claridad mental.
Aumentar también el consumo de infusiones, caldos y bebidas depurativas y antiinflamatorias.
Eliminar el consumo de lácteos, así como de estimulantes: café, té, cacao…
Alimentos ideales para esta fase:
¿Y tú? ¿Necesitas una guía para alimentarte y nutrirte de forma consciente, acorde a tus necesidades cíclicas? ¿Te gustaría mejorar y potenciar tu bienestar femenino a través de la alimentación?